Cuenta una leyenda que hubo una Primera Persona que llegó a la Tierra cuando ésta era una simple esfera gris de piedra. Fue él el que decidió que quería transformar esa esfera muerta en una esfera Viva, aunque el coste fuese el de su cuerpo. Así que decidió sacrificarlo, y rasgando sus arterias dejó que su roja esencia manara y deslizara por la superficie terrestre. Al paso de la sangre surgió el suelo y las propias entrañas de la Tierra misma, expandiéndose por toda la esfera. Su cuerpo entonces comenzó a hundirse en el nuevo suelo, y de él comenzó a nacer un árbol. En el vértice de ese tronco creciente estaba la cabeza, subiendo implacable hasta llegar a una altura tal que de ella surgieron frondosas ramas que hicieron el cielo. Creciendo creciendo hasta hacer nuevas estrellas incluso, Y a partir de ahí hay Vida en este planeta.
Una vida que ha evolucionado, retornando una vez más a la idea de que todos partimos de lo mismo; de la misma materia y la misma energía. Ahora puedo decir esa frase que me enseñaron, porque es ahora cuando creo comprenderla "El ojo que mira al Universo es el ojo del propio Universo". Curioso, ¿no? A veces me sorprendo a mi mismo pensando sobre esta idea.
Otra pensamiento, a partir de la leyenda, está relacionado con ese debate abierto sobre lo que hay (o no) después de la muerte. Creo que había una tribu indígena que sembraba una semilla encima de las tumbas de sus muertos. Su idea era que según el tipo de persona que estaba enterrada esa semilla germinaría o no. Si germinaba, de ella brotaría un árbol, y en ese árbol estaría parte del difunto. Cuando un pájaro se alimentase de ese árbol, entonces en el pájaro habría otra parte, y éste podría surcar los cielos con él.
Después de haber tenido esta conversación contigo creo que, sin duda, darías uno de los mejores y más grandes árboles que han poblado este planeta, para que de ti se pudiesen alimentar todo tipo de pájaros y animales, y así pudieras, por fin ser libre y parte de todo. Me parece una buena solución, sobretodo para mi, que aún dudo de la existencia de un alma.
Dulces sueños...
Gracias al amargo trago de la fuente, de la que surgió el Árbol de la Vida, aunque no a tiempo suficiente de evitar que los brazos negros se llevasen a tu reina.
8 comentarios:
Alaaaa, ese es el cuadro del que hablaste¡¡¡ pues que conste que tenía mucha curisidad por verlo... por cierto, muy linda la leyenda. Bienvenido de nuevo
Exacto! Ese es el cuadro, que por fin lo encontré, pero aún no he conseguido saber ni el nombre del autor ni más información de él. Quería conseguirlo a más resolución para imprimirlo, pero me parece chunguillo
Saluditos! :P
Hace tiempo que no leía algo tan bonito. Que bien tenerte de vuelta...
Es muy bonita la idea de que aunque hayamos muerto podamos dar vida, y ser parte de las de los demás. ¿qué árbol os gustaría que creciera encima de vosotros?
un roble, sin duda... era el árbol mágico de los celtas, para ellos representaba la unión entre cielo y tierra, era lo que les mantenía unidos... por algo lo llevo grabado en mi piel...
Es un poco como cuando mueren los gnomos...
Todo esto me ha recordado al libro de "La mujer habitada" ¿verdad, Eli?
En él hay mucho de realismo mágico y de supersticiones de los indígenas americanos. Y es bonito pensar que seremos árboles y que los guerreros, los valientes, los que lucharon por sus ideas, si lo trasladamos a nuestros días, se conviertan en pájaros (eso dice en la novela) y que vengan a posarse en nuestras ramas.
Yo sería un sauce, aunque me gustaría más ser almendro.
Sí, me acordé también del libro, lo iba a poner en el comentario pero luego se me olvidó.
Yo estoy de acuerdo con Pili, me encantaría ser un roble, aunque sería cualquier árbol, sin importarme cual, siempre y cuando los niños se subieran a él y pasaran allí las tardes hablando, como hacía yo en mi pueblo
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