A veces pienso que ningún lugar existe realmente, y tengo que ir hasta allí para cerciorarme de que no son invenciones televisivas o ficticias las que hablan de extraños y mágicos lugares.
El mundo es muy grande y nosotros somos seres insignificantes comparados con el Universo (y eso que nosotros mismos somos el Universo, aunque sea tan solo una fracción mínima).
Dentro de cada persona hay un cerebro; una máquina pensante, en algunos casos, fruto de la evolución de la Naturaleza. Creo que está un poco mal hecho porque no es capaz de ser funcional al 100%, y si consiguiésemos estimularlo para que lo fuese, seguramente no lo pudiese aguantar. Demasiadas certezas en tan poco tiempo.
Y es que es un camino que muchos humanos no empiezan ni siquiera a andar. Todo el proceso de preguntarte, de abrir los ojos y ver, en vez de mirar. Ser consciente de que eres y no entiendes por qué ni para qué. Las preguntas para las que no encontramos respuesta. Nacemos, vivimos, morimos, pero dentro de nosotros hay una fuerza, una energía, un algo que lucha por salir y escapar de esa limitada barrera física que es nuestro cuerpo. Un Universo dentro de cada cerebro. Tentáculos de vida que escapan a nuestro control y se estremecen de alegría cuando encuentran otro ser que también sabe El Secreto, que también busca respuestas aun sabiendo que lo importante no es la solución, sino la búsqueda, que no es, ni más ni menos, que nuestra propia Vida.
El mundo es muy grande y nosotros somos seres insignificantes comparados con el Universo (y eso que nosotros mismos somos el Universo, aunque sea tan solo una fracción mínima).
Dentro de cada persona hay un cerebro; una máquina pensante, en algunos casos, fruto de la evolución de la Naturaleza. Creo que está un poco mal hecho porque no es capaz de ser funcional al 100%, y si consiguiésemos estimularlo para que lo fuese, seguramente no lo pudiese aguantar. Demasiadas certezas en tan poco tiempo.
Y es que es un camino que muchos humanos no empiezan ni siquiera a andar. Todo el proceso de preguntarte, de abrir los ojos y ver, en vez de mirar. Ser consciente de que eres y no entiendes por qué ni para qué. Las preguntas para las que no encontramos respuesta. Nacemos, vivimos, morimos, pero dentro de nosotros hay una fuerza, una energía, un algo que lucha por salir y escapar de esa limitada barrera física que es nuestro cuerpo. Un Universo dentro de cada cerebro. Tentáculos de vida que escapan a nuestro control y se estremecen de alegría cuando encuentran otro ser que también sabe El Secreto, que también busca respuestas aun sabiendo que lo importante no es la solución, sino la búsqueda, que no es, ni más ni menos, que nuestra propia Vida.
3 comentarios:
Muchas veces nos perdemos en las preguntas, en intentar encontrar una respuesta... y no en vivir, a veces la solución nos la da el caminar, el problema es que solemos ser demasiado impacientes
El problema no es la existencia, sino la calidad de las preguntas.
Te puedes pasar una vida entera, como Bergman, preguntandote por el silencio de Dios y sufriendo por ello.
Puedes leer, estudiar y preguntarte lo que quieras sobre, yo que se, el hartazgo o la ira, y terminaras agotado como los personajes 'pensadores' de las peliculas o novelas.
Y es que esas preguntas, hechas desde la mente, no tienen respuesta.
Creo que el misterio está no en las respuestas, sino en el camino que te lleva a las preguntas. Y es que como bien dice Portrait, esas preguntas no tienen respuesta, pero el hecho de llegar a formulártelas y la reflexión que eso implica puede ser ya parte de la respuesta.
Y si esperamos lo suficiente pasará lo que dice Elisa, que al seguir caminando y con el paso del tiempo podremos conseguir algo parecido a una respuesta, o al menos, nuestra respuesta.
¿Sabemos por qué la mente humana gusta tanto del autotormento? Todo es culpa de la lectura, está claro. Si hay guerras es porque hay gente que no sabe leer (o eso suelo decir) y si hay mentes torturadas es porque hay gente que lee...jeje
Muchas gracias por los comentarios y saludos! :)
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