Locations of visitors to this page

martes, septiembre 30, 2008

El tren de la vida


Al principio parecía dudosa. Más bien creo que era curiosidad, por esa manera con que miraba el interior del habitáculo, como mirando dentro y luego hacia todos los lados buscando una cara conocida. Al final decidió aventurarse y puso un pie dentro y luego el otro. Ya está. Me he subido. Hacia dónde viajo ahora no lo sé seguro.

Yo ya estaba dentro del vagón; me había subido en el último transbordo, y me fijé en ella por esas curiosas facciones que a mi me parecieron muy bellas. Pronto el viaje comenzó, y esta vez estábamos viajando juntos, hablando y riéndonos, sin fijarnos mucho en el decorado que pasaba a nuestro alrededor ni preocuparnos tampoco por la dirección. Desde hace un tiempo creo que mi dirección ha sido la misma, hacia la felicidad. De la suya no estoy seguro.

Creo que se acerca una estación, aunque no veo bien de lejos, y nos bajaremos por puertas diferentes habiendo compartido una bonita parte del camino. Quizás aproveche esta parada para pensar y tratar de retomar viejas amistades y conocer al resto de personas que esperan el siguiente tren conmigo. Me ha gustado mucho viajar por esta parte del Mundo...

3 comentarios:

Elisa dijo...

Una entrada muy bonita,
ese tren de la vida, sus estaciones y sus viajeros...
¿en cuál estás entonces ahora?

Anónimo dijo...

En una desconocida. Tan desconocida que me da miedo. Sin ningún amigo lo suficientemente cerca y el alma otra vez en manos de quien no lo merece, a punto de romperlo.

Pero con ganas de subirme al siguiente!! :)

Gracias por pasar por aquí!

Saludoooos

Elisa dijo...

Madre mía... pues mucha suerte, seguro que la siguiente estación es de esas en las queal bajarte del tren te das cuenta de que, sin haber estado, tiene un cierto aire familiar y agradable!!